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SALIDA.

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Tres dobleces le dimos a su vida, mirando el papel lo guardamos en su bolsillo. Tres pasos y se engangrenó su pierna. Tres años tirado en la nada,  los márgenes de una baldosa lo miran fijamente con temor a que escape. vómitos licuan los silencios que clavan en su cabeza hierros oxidados,  lubricados con gritos y banderas. Se acalambra la mandíbula atascada en sus entrañas. Una lágrima surca la piel... Los otros se detienen y junto al tiempo observan quejosos el paso de las vidrieras. Lágrima Iracunda le cachetea la vista salta sangre que no coagula. Cuarenta y cuatro millones de lágrimas inundaron sus ojos, tragó sangre. Metió su mano por la garganta  entre tejidos saco un papel abrumadoramente blanco... Tomó un fósforo que prendió con su lengua  quemo su vida. Los otros gritando lo invitaron a ver ofertas... Se negó en la oscura luz de tres fósforos,  iluminando un camino sin dobleces. 

CALOSTRO

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La última mirada se reflejó en la conjugación desesperada de la adolescencia. Reprimida en insensatez dejo persuadir sus sentidos por la rebeldía sin saber que el tiempo le tendía una trampa. Las hormonas rapean presuntuosas y los otros acechan la carne muerta a falta de preservativos culturales. Las madres lloran en casas que se sienten felices por las redes sociales. Los padres orinan moral en bares impregnados de cal y cemento. Ajena a su sonrisa ella sabe que en su delicada experiencia se le cae el rostro. Virgen estupidizada tiñe de rojo sus corruptos labios que besan la muerte, queriendo burlar a un destino desesperado en violar las jugosas nalgas de una adolescencia perdida. Arrastrada columpia su primer careta forjada con el frio de una noche rapera. A lo lejos flamea una bandera, testigo silencioso de adolescentes perdidos. Los cuerpos roban verdades de la experiencia por que los adultos se las venden muy caras. Trozos de bocas caminan por la...

GENESIS 1.1

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Cansada del silencio en el paraíso, la tecnología decidió. Tomo teclados, mouse, cámaras, audífonos, monitores, discos rígidos, parlantes, cables, chips, transistores, botones y una placa madre. Creo al hombre. Contemplando su obra lo programó con conciencia y un par de aplicaciones los otros le aconsejaron sobreinformarlo para evitar que colapsara. Le enseño el código binario y nombro las cosas conocidas con ceros y unos. La serpiente lloraba sangre tentada por que la vida eterna se pixelo. Con siniestra inocencia conectaba su puerto a cada objeto creado todo murió y fuer reinventando. Orgullosa la tecnología se quedó sin paraíso y padeció en la nube sus recuerdos. El hombre capturó la imagen que manipulada a su semejanza subiendo fotos con virósica felicidad. Lo instantáneo sedujo al hombre y preñándolo de redes parió un celular al que llamo Emanuel encarnada la tecnología mostró un camino. Alimentándose de caracteres forjó su imperio pero la soledad seguía presente en cada b...

ROMPECABEZAS

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Cabalgamos sobre un rompecabezas dejando huellas armando un sinsentido en infartadas mentes. Pensando en lo que puede ser el caos, los otros matan potros, borran huellas para apaciguar los cuerpos. Arrojados al tablero se transforman en fichas olvidadas que ninguna encastra  todos son felices. Cabalgamos sobre fichas muertas esperando un disparo de percepción para dejar rastro existimos en el caos. Voy a perder la dignidad por una mujer me contó...  Todos se paralizaron zarandeando el tablero por miedo a entender la figura trotamos y morimos. El relincho del silencio tatúa la memoria pero nadie entiende tomado de las clinas del tiempo me descadero por la fuerza de los otros. Saboreo el fracaso en mi caída y perdido me tomo de los cuerpos que gritan en la forma todos existimos. La plegaria de los vivos se disputa entre jinetes sin cabeza sus manos miran al cielo buscando la guía del lucero que los conduce al camino infinito. Perdidos se ahorcan con la herra...

SEGADA

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Sembrando muertos el tiempo me dio cuarenta azotes menos uno. Mis pies surcan la nostalgia y consumido bajo el sol canto historias. Cuarenta azotes menos uno me dio la vida para que el llanto de mis experiencias nutriera almas muertas sembradas en verano. Reverdecen almas en el campo los otros con guadañas en sus manos entretejen sus cabellos esperando a que maduren, agrietando la tierra que emana vapores de muertos que no prendieron. Cuarenta azotes menos uno me da la angustia de familias que me culpan por mal sembrar muertos. Camino por interminables campos sembrando muertos fertilizados con culpa para una buena queja. Cuarenta azotes menos uno me da la vergüenza. por no haber detenido a tiempo la saprofita vida que lo consume todo. Los otros escuchan a la tentación venir, me observan Tienen miedo… A paso firme la escucho gritar marchitando todo a su paso. Espero cuarenta azotes menos uno de un látigo con bocas, lenguas, dientes cariados Detrás el silencio cura mis heridas que ...