MI POETA PERDIDO

Me abrí al conocimiento, me recibieron con sonrisas blancas, acarameladas. ¿adoctrinamiento? Levanté la mano y dije: Solo entendí soledad. Inhalé y Expiré. Caminé junto a palomas negras que me marcaron el camino de acero. No tuviste cintura me gritaron deje poco a poco de existir existiendo… Claro, siguen susurrando mis equivocaciones y termine en el medio, el medio de una grieta infinita que no da espacio a la duda. De un lado quemaron mi carne, del otro se la comieron. Recogiendo mis huesos las palomas se fueron marchando jamás supe de ellos ¿Quién me obliga a mirar? Los otros o los otros… mi corazón tallado en normas quiere latir, pero no lo dejo Los otros observan, yo los siento, solo puedo eso sin mis huesos. Pocos ríen. Otros juzgan, así van esculpiendo un nuevo cuerpo que no deseo habitar. Me obligan ¿y mis palomas negras? ¡Donde las tienen encerradas! Trazo mapas que terminan siempre en el mismo lugar ¿Será por este nuevo cuerpo...

El vapor de agua silva en la cocina vapores que se van condensando en miradas incomodas. Objetos pesados por la presión del grito silencioso se imprimen en la piel. La materia se hace cada vez más densa. Nada… mis palabras no se animan a irrumpir en condensado ambiente. La nada… los otros observando ese big bang de catástrofes, solo se preguntan: ¿quién se matará primero? la fuerza gravedad compacta emociones, cuerpos inexpresivos. Los objetos agrietados por la densidad de la materia desaparecen espacio tiempo de un golpe que se expresa sobre la mesa. Cansada la garganta del debería ser deja de vibrar. No te amo… inexpresivos esos cuerpos que ante el dolor de lo indiferente dejaron de expresar, y ante el miedo de una colisión directa abrieron sus alas, se las masticaron y salieron corriendo. las miradas se perdieron, los objetos desaparecieron, en un nuevo universo que nada tiene que ver con vos. ...

Los campos indiferentes al mundo se agrietan por tu peso. exasperada agonía de los campos que compactan malaria. La tierra no intercede y los campos castigan, sublevada naturaleza que ve en los otros una tierra imposible de arar. Campos sin aire escuchan los ecos de los gritos. En la oscuridad del suelo tratan de sobrevivir con hermosas palabras, pero no basta y en abstinencia de no poder ser se desconocen... El cincel no rotura la tierra y desesperado llora oportunidades para merecer la sensibilidad de los campos. Ahogo, exterminio… Los otros calcinados en la superficie dejan atrás el polvo de semillas quejosas que nunca verán el sol. Deshidratadas de ideas perecen. La batalla se forja en actos desesperados de labrar campos muertos. A lo lejos el silencio cosecha frutos secos almacenados en los féretros de la ¿humanidad? El tiempo bebé agua fresca y señalando a los otros se ríe entre dientes. Los otros no comprenden y siguen de fiesta. Se alimentan de frutos secos ...

La bala borro los recuerdos del niño congelando su mano, enrojeció sus ojos llanto de la última contracción, el útero acalambrando sus entrañas observo el rompecabezas reventando frente de si. la locura dibujo con sangre el arrebato de la cordura. Inmutable el movimiento que se paralizo con un tiempo muerto… Gritó desgarrando la garganta estrangulando su lengua con las cuerdas vocales sin saber que decir. la paradoja del útero tomo la fría carne entre sus piernas, pero la vida no se pudo volver a parir Los otros se estremecieron de angustia tomando un refresco con la tristeza Que canjea sus cupones. silencio tras un corte de cámaras que deja caer lágrimas multicolor. ¿me conmuevo? Importa… miró hacia atrás y convertido en sal observó los ojos enrojecidos de una maternidad caduca. El sufrimiento lo alimenta de puntos de vista dijeron los otros, la sal sazona el resentimiento de sus críos que alimentados con balas cultivaban recuerdos. Nunca más se vieron… todos los días se saludan, mir...

Miro el vacío de los otros me inundo de sus mucosidades y en fluidos corporales se expresa la naturaleza asesina del anonimato.  El olvido hiperinfluenciado de mi próxima virtualidad. realidad caprichosa que inventa un alter ego que se derrite. Las ubres brotan de las pantallas y amamantamos tradiciones digitalizadas crecemos fornicados por pezones lujuriosos sedientos de justica creemos que todas las tetas dicen la verdad. Los penes relegados a los golpes nos eyaculan en el ano sus verdades Cagamos mierda que no fecunda.  Tomamos el calostro de la mentira y eso enseñamos miro con los otros y arrodillándome me dan la bienvenida.  Soy uno más de la masa que con sudor es trabajada leudamos desesperanza comemos esperanza sonidos pixelados nos meten en el cetáceo bíblico que se ahoga atorado de humanidad. Muertos todos nos comemos su carne Muertos todos nos comemos a los otros   A nosotros.