¿Son las mañanas esas esperas que no muchos soportan? O el calor de la playa sofoca las sales que transpiran las pieles en decadencia. No mucho puede uno saber de la existencia, En los momentos en que la montaña choca con el mar Creando maremotos que solo uno puede disipar en ese Maldito bar. Y el oxigeno es consumido por el humo de esos cigarrillos Que no se quieren terminar Por miedo a respirar, El aire nuevo. De la montaña Del mar.
Entradas
OXIDO REDUCCION
- Obtener enlace
- X
- Correo electrónico
- Otras aplicaciones
La electronica de mi cabeza choca, en esos electrones del mundo. Y se transforman en muchos neutrones, que poco hablan. Protones de exelencia se encierra en country de soberbia energia, con miedo al electron de carga positiva. La óxido reducción se ejecuta, en el caos en mi cabeza. Soy imperseptible a esta reaccion, donde poco a poco, vislumbro la luz de un producto. A presipitar.
LA PALABRA
- Obtener enlace
- X
- Correo electrónico
- Otras aplicaciones
Las palabras son un instrumento, mudo. Dispuestas a grabarse en la paleta de experiencias, infinitas como la mismísima existencia. Solo el artista logra combinaciones que estremecen las entrañas de cosas aun no vividas. Indeseadas, tal ves. El temor en la creación se hace presente. La lagrima de la de la ansiedad cae como roca en el cuadro terminado. El estallido de la frustración hace eco en la memoria, la carcajada cínica del tiempo, obliga a contemplar. y con exagerada humildad retocas las muecas de tu realidad, para no sucumbir a la acartonada felicidad. La de vidriera. La de oferta.
LA PICADORA
- Obtener enlace
- X
- Correo electrónico
- Otras aplicaciones
No todo, puede decirse es lo infinito de las horas, cuando la saliva se interpone con el heroísmo hipócrita anunciado en los periódicos que escriben con letras desdibujadas, en papeles transparentes, causantes de ese abismo, donde nos bañamos todos sonrientes con miedo de recoger el jabón, ese que resbala en presencia de los personajes de cuentos tan bien contados. La vieja esta esperando sola la línea que la trasporte a lo más añorable de su voluntad perdida en el desierto de Susanita, inventada solo para hacer sufrir. Como la picadora de carne deseosa de la putrefacta virtud.