DOLOROSO




Sonrío con la claridad del alma
rogando que en lo profundo de mi mar
encuentre una perla
perdida en el abismo de lo oscuro.

No logro comprender mi humanidad,
y desespero al punto de gritar 
dentro de los ecos
donde rebotan mis creencias.

Eso ocasiona grandes crecidas
en ríos nunca pensados dentro de mi piel seca,
tierra árida que perdió cohesión y vuela con el viento hacia el mar.

Sigo buscando la perla en ostras que no dejan entrar a extraños por miedo al dolor,
ostras pulcras y bien educadas dispuestas a pedir permiso para no llorar.

Allí no hay perlas
solo el vacío de cuerpos sin nácar.

Sonrío con la claridad del alma
disipando las confusiones que traen las melodías del mar,
y entre olas se precipita la luna que me deja en claro dónde buscar.

Salto de entre mis entrañas,
desenredando intestinos que perciben la redondez de lo imposible,
en ese recuerdo onírico supe lo que dejé entrar para que te encuentres en ese punto.

Allí donde el dolor no tiene sentido,
solo cabe pensar en todo lo que llena
todo lo que cabe,
en ese lugar de mi cuerpo que aún no descubro.

Pero logro sentir.

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