TARDE FOLK



Una guitarra folk me soba la espalda estrujando mis últimos espasmos de vida y así dar el nacimiento de esa ultima lagrima que lo olvida todo.

El ritual es tan silencioso que doblo ropa vieja por miedo a tirar el aroma de ese recuerdo al fuego que arde en mis entrañas.

Miro por la puerta y el viento se detiene en ese nacimiento peculiar llamando a las nubes que engricesen el día.

Llantos de lagrima en mi mejilla y dolores como se espera en cualquier parto, me doblo del dolor y sin embargo al verla caer la sonrisa suaviza mi alma en recuerdos permitidos por la razón.

La dejo reposar en mi mano para que aun no caiga en la sedienta tierra de los olvidados.

¿Me despido? O la ahogo en el humus de un lugar lejano para que los frutos envenenen otros mundos.

No soy un monstruo y dándole el ultimo soplo de vida con mis labios le digo adiós y mirando al viento la deje libre.

Hoy recorre otros universos esperando una mejilla donde renacer en posibilidades.

Y yo acá en mi memoria esperando no ser olvidado en algún humus donde pueda esparcir mi veneno.

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