DESIDIA



El viento reseca la vitalidad de la cotidiana existencia.

La que escapa de los cuerpo sumidos en hedores de entrañas hastiadas.

Bravura que delata el desgarro de cuerdas vocales en el silencio de una presunta asertividad

Mal educada...
Mal aprendida...

Pasillos de pena que ya no dejan huellas,
solo el resentido sentir de algo que ya no se recuerda.

Mal recordado...
Mal contado...

Comentarios

Entradas populares de este blog

VOLVER

PIEDRAS

NO