CICLOS
El río choca las piedras para dar cause al agua que da forma a la tierra, son los sonidos de la naturaleza que hacen eco en algún lugar de la existencia.
No regala desagrados, en saltos aleatorios de nubes me dejo llevar por el vacío de mi mente, que no deja de preguntarse si el agua termina en el mar.
O la sed de la tierra la arrebata en enojos de incertidumbres que obligan a las piedras dejar de sonar.Que decir,
si me siento seco en medio del río,
¿soy a caso una piedra en el cauce que no quiere sonar?
Tengo sed.
Ganas de deshacerme en el agua
y dejarme ir en un cauce seco de arena
que no diga nada.
Solo un pulcro silencio que me de la tranquilidad de secarme en el cauce de un plausible sueño de antaño.
Y si por esas casualidades abro los ojos llenos de sal,
dejaré que el mar me conserve una vez más
evaporándome por un sol cansado de verme en el mismo ciclo.
Soy una nube blanca y solitaria,
me elevo en la nada del cielo para precipitar en lágrimas de desdén
hacia un río que da cauce a la tierra.
Haciendo sonar piedras,
eco de algún lugar de mi existencia.
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