LA VERDAD
Cuento una palabra, solo silabas rotas en un papel arrugado, tratando de encastrar significados que den sentido a lo que debo perdonar. ¿Tengo que perdonar el día que cambie de melodía? Sin poder escribir una sola palabra, te perdono por mentirme, me perdono por haber cambiado de melodía, a pesar de no saber escuchar. Esperando afinar el sonido de las palabras en mi mente, te perdono en el silencio de mi introspectiva vida. Sin decir nada me regalo el templo de las cosas bellas, sin necesidad de inventar conjugaciones nuevas. Dejé de mentirme por necesidad, Dejé de creer en rezos, Dejé que los secretos ocultos surgieran de la tierra y me enseñarán a cultivar mis propios gritos. Y en un triste diálogo, viajo para saber dónde estoy hoy, si el desequilibrio de mis palabras es el motivo de la mentira. Me sonrojo en las estrellas de tu cielo perdido, en la tenue luz. Descubro que hay verdad dentro de esa frontera que deseo descubrir, solo para verte sonreír. Un corazón roto llora lágrimas ...