RESETEO




Un bosque de humanos me limitó
a contemplar la inmensidad de un ecosistema silenciosamente tóxico.

Imperceptible a los movimientos,
los cambios me precipitan a la muerte del cerebro.

No me entrego a las negociaciones y desesperadamente me reprogramo con un ojo biónico que lee mi mente,
la que se abstiene de perder mi último recuerdo humano.

El horizonte me deja ver los cuerpos del bosque,
amontonados unos sobre otros queriendo rodear al sol que decodifica una existencia 

binaria,
caduca,
desactualizada.

No soporto a la carne transustanciarse en algo que la tierra no reconoce,
gritos de circuitos que intentan desconectarse de la naturaleza sintética del alma.

En este bosque nada nace,
todo se produce y ante la mínima desconfiguración se fotosintetizan escusas para seguir ensamblando humanos que carecen de sentido.

Detrás del vidrio lo percibo así como te lo cuento,
¿Soy un fallado?
o el ave que juega con el regador para distraer a su presa,
es una ilusión.

¿Por qué un bosque de humanos?
y entiendo que lo hagas, pero tenés que saber que soy el primero.

¿Soy el primero? ¿Soy el último?
cómo dar respuestas a preguntas para las que me van a borrar.

¿Quién?
¿hablo solo detrás del vidrio?

Cansado de preguntas,
salgo de la línea de producción distraído con las aves o la ilusión de ellas, para que en un destello de reseteo me lo arrebataras.

No te culpo.

Camino en un bosque de humanos, que la tierra no reconoce y no recuerdo por que.

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