INCÓGNITA





La necesidad de dejar,
me persuade la memoria y traiciona mis instintos.


Lo veo correr por el aire
en una sensación de plenitud,
la tierra lo observa Llena de envidia
anclándolo sobre raíces confusas.


Le grito a lo lejos,
pero el eco de mis experiencias
no lo alcanza.


No supe más de él,
convivo con el reflejo constante de algo que se mueve adentro de mi sin poder hablarle o decirle que los caminos serian más sencillos si se cortara las piernas.


El sol y la luna,
solo juzgan el tamaño de las huellas que el tiempo valorará como importantes o no.


Cuando creo poder tocarle el hombro
solo gira sin verme,
sus ojos están explorando con la nada esa zona del camino que aun no es creada.


Y en esa nada llora por sentirse solo
no está conmigo...
no esta con el...


El futuro lo desconoce
y mi temor es que pueda sucumbir a la idea de desaparecer,
solo.


Por que el sol y la luna dejaron de mirar.


La tierra lo quiere para si,
hundiéndolo cada vez más en el excremento
de todos,
para que fermente.


El aire con tristeza,
solo acaricia las heridas de lo que reconoce como él.


No estas,
las aves cantan junto a la muerte,
que esperan al tiempo medir las últimas huellas de un camino que ya no reconozco.

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