DÍA 1: JULIA
El despertador sonó a las seis y media como todos los días. Abriendo los ojos muy molesta, ya que a nadie le gusta levantarse tan temprano par ir a pasar gran parte del día en un lugar donde hay muchas sonrisas y muchos puñales.
Antes de ir al baño, encendió la radio como de costumbre, pensando que hoy debía encontrase con Lucas. Era el día de más incertidumbre para Julia, hace tiempo que le venía coqueteando y Lucas hace tiempo que no tomaba la iniciativa.
Educada de manera muy tradicional Julia nunca se animó a dar el primer paso, eso le resultaba algo extraño.
Mirando el reloj, comenzó a apresurarse, pero debía elegir muy bien que ponerse ya que de allí salía a ver a su futuro algo, como les decía a sus amigas, sin olvidar que hoy también era la reunión de padres, para explicar cómo serían las semanas de adaptación de los peques.
La mañana ya comenzaba a tomar otro tinte, sobre todo por haber recordado lo de Lucas. Dejando la ropa sobre la cama entro a ducharse para comenzar con todas las buenas vibras. De fondo se escuchaba la radio, informando que en alguna parte de china se había descubierto un nuevo virus; Julia no prestó atención y seguía con los protocolos de belleza que su madre le había enseñado de joven.
Ya afirmada sobre la mesada, esperando que la cafetera hiciera su trabajo, ensayaba que cosas podría decir y que no, para terminar de captar la atención de Lucas. Tentada de risa se veía en el espejo del pasillo que daba a la cocina.
Había optado por una larga pollera de estación de varios colores, combinada con una remera de mangas tres cuartos color negro; un pequeño dije de plata, con una piedra de turquesa incrustada, que acompañaba la composición, junto a unos pequeños aros de perla.
Cargada de nerviosismos recogió sus cosas y bebió el café a las apuradas. Al tomar la puerta de salida, se arrepintió del calzado que tenía y se volvió al guardarropa para colocarse las botinetas negras que le había regalado Clarisa para el día del amigo del año pasado.
Cerro la puerta del departamento, hizo una respiración profunda y con una sonrisa caminó hacia las escaleras de salida. En lo personal Julia detestaba los ascensores y prefería las escaleras como para mantener la actividad física.
Una vez afuera marchó dos cuadras hasta la parada del colectivo, sin darse cuenta de que estaba sonrojada. Al llegar a la parada julia no pudo dejar de escuchar como un hombre discutía con su mujer, aparentemente por un virus que estaba causando estragos en China y que estaba muy preocupada por sus hijos. Él tipo con poca paciencia le dijo que se dejara de romper las pelotas, que no se preocupara, que esas cosas acá no llegan. A Julia le molestó la actitud violenta del hombre, por tal motivo no le dio importancia y se distrajo con una pareja de ancianos que cruzaban la calle.
Al llegar a la escuela, todas le elogiaban lo radiante y hermosa que estaba, hasta la directora del establecimiento le dijo lo mismo, una vez que terminó de comentarle que necesitaba que coordinara la reunión de padres, que fuera rápida y clara, que no tenía ganas de soportar a las viejas un lunes, las dos rieron y Julia se fue al aula de reuniones.
Con la mirada comenzó a ver si se encontraba. Todos los padres estaban ansiosos y ella también, demoró unos minutitos, pero al ver que no llegaba, comenzó con las explicaciones básicas, que ameritaba en esos casos.
En ese momento un hombre bien parecido, entró algo apurado y se disculpó por la demora, excusándose, diciendo que su vuelo desde Italia había llegado con retraso.
La reunión terminó con éxito y Lucas fue el último en salir, se acercó y le comentó que no se sentía muy bien, si podían pasar el encuentro para otro momento. Julia lo vio algo extraño, y compungida por dentro y haciéndose la desinteresada, le dijo que no había problema, que estaban en contacto. Él, le sonrió y acercándose le dio un beso entre el labio y la mejilla para dejarla contenta.
Lo acompañó a la puerta del establecimiento disimulando su entusiasmo, y ese atrevido beso que la había puesto loca.
Lo vio alejarse en la cuadra, mientras pensaba ¿cuándo lo volvería ver?
Nunca más se vieron.
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