TÉ VERDE.
que contempla desde la ventana la caída de los santos.
El dorado de la sierra se funde con los grises y la luna se esconde por los miedos de los hombres que toman té.
Sonriendo los mudras se venden al mercado de la paz,
manos lastimadas de agitar pañuelos que ahorcan muñecas,
se contrabandean sonrisas
se conquistan chakras.
Pañuelos de colores destiñen arcoíris tatuadas
en las inocencias petrificantes
de sangre caliente,
todos…
todas…
toman té verde para vibrar igual
y los falsos profetas surgen de las pantallas.
El cielo testigo de ese abuso
dejas caer sobre ellos un valle de,
lágrimas
dejas caer sobre ellos un valle de,
lágrimas
odio
placer
angustia
deseo…
Todo es un cementerio colorido y de fácil acceso,
las rejas del hombre te dejan flores plásticas y coloridos pañuelos.
Los otros sacan la lengua contorneando la crema helada que no dejan chorrear
la flor de loto se cultiva en juegos corporales
transpirando té verde para bañarse con esa paz que infesta.
Dividuos todos en sus colchonetas
Vibran las energías dispersas en colores divididos,
al fondo el arcoíris llora incolora el paso de la muerte que toma su primer vino
orinando gusanos que nos comen con la furia que nadie se anima a gritar.
Insípida noche que deja detrás las difusas líneas
donde el hombre se esconde de sí mismo,
ocultando los acciones de sus entrañas
jugando a colorear los grises de las sombras.
placer
angustia
deseo…
Todo es un cementerio colorido y de fácil acceso,
las rejas del hombre te dejan flores plásticas y coloridos pañuelos.
Los otros sacan la lengua contorneando la crema helada que no dejan chorrear
la flor de loto se cultiva en juegos corporales
transpirando té verde para bañarse con esa paz que infesta.
Dividuos todos en sus colchonetas
Vibran las energías dispersas en colores divididos,
al fondo el arcoíris llora incolora el paso de la muerte que toma su primer vino
orinando gusanos que nos comen con la furia que nadie se anima a gritar.
Insípida noche que deja detrás las difusas líneas
donde el hombre se esconde de sí mismo,
ocultando los acciones de sus entrañas
jugando a colorear los grises de las sombras.
Inhalamos y exhalamos el veneno de la serpiente que murmura detrás de ti,
vomitando la manzana que con parsimonia mordiste saludando al sol.
El azar juega a la ruleta rusa con los pañuelos y el claro de la luna se mezcla con las texturas de las cosas.
El azar juega a la ruleta rusa con los pañuelos y el claro de la luna se mezcla con las texturas de las cosas.
Los otros dibujan cuerpos que gritan entre medio de los espacios,
quiero tu libertad…
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