LLANTO DE HADA.
La princesa deja caer su corona sobre llanto de
hada,
Petrificada en sal dejo sus protocolos reales
masturbando el recuerdo de un vals.
Dejando atrás a la niña
huye en
mariposas abandonando el cuento.
La ciudad le dio la bienvenida con guiños
posmodernos
conduciendo un Cadillac a la velocidad del
tiempo.
No comprende sobre caballeros que disputan el último
trago en las esquinas,
riéndose de la barbarie añora su reino de
princesas.
Sin corona y sin magia pide limosna en la
peatonal
abrazando un pañuelo de seda manchado de
sangre,
nadie la ve
todos la ayudan en sus plegarias
escupiendo su vestido
cayendo en las profundidades del bosque
encantado.
Gritos, sirenas y disparos
son las nuevas aves de sangre azul,
los otros ya no creen en historias
ya no se crían princesas.
Una flor manchada de tabaco
pétalos deshilachados,
que por arte de la conciencia humana se
marchitan
muriendo entre los brazos de una niña sin
monedas,
frente a una fuente contaminada de gente
enlodada de sueños.
Huelga de villanas
anoréxicos dragones,
torres con pupitres, recreos y evaluación.
Alpargatas de cristal numero cuarenta y cuatro
Se trizan por el peso de un cuerpo deteriorado.
Junto a
la bolsa de carbón,
bellas bestias mastican pétalos de rosas para
morir en soledad.
El final feliz siempre se posterga para otra
fecha
Y los ecos de “había una vez” se leen en
titulares de grimorios digitales
Con aquelarres que luchan por más likes.
Reyes preocupados y hadas sin trabajo
se reúnen alrededor de una mesa cuadrada con
olor a frito.
Los caballeros siguen en las esquinas
procurando una princesa que los haga olvidar.
Una princesa dejo caer su corona sobre llanto
de hadas
Petrificada en sal no dejo el cuento
Desenvaino su espada
y comenzó a batallar.
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