UN PUNTO.





El brillo del cielo se destiñe con la lluvia de hombres,
la que impregna de verde los muros que separan las sonrisas.

Los lamentos son reclutados por un frasco vacío,
trizando una realidad que se transparencia en las grietas.

Me dijeron una vez que las grietas no existen
 y ese día quede atrapado en una línea,
de infinitos puntos
de finitos hombres.

Nadie se sale de la línea
cada uno cree que es un punto dentro de un frasco,
lleno de lamentos
lleno de hombres.

Las risas se escuchan entre la grieta,
desesperado pretendo absorber el verde de la línea que me separa de los otros.

somos un muro dentro de la línea,
un espacio vacío entre puntos.



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