COSAS.
Las cosas se me mueren entre las manos.
Sin poder escapar de mi una vela consume
letanías,
intentando encender y un vaso colmado de
agua bendita
se ahoga en el último intento de
humedecer mi piel seca.
Manojo de lapiceras y una sola escribe,
desangrada en tinta pronuncia esa
palabra que mi cabeza no entiende.
La ira se acumula en mis falanges
observando el almanaque
obstinado en mostrar un año que paso
escondido…
entre mis cosas,
y este que se presenta con los mismos
días,
pero con el brillo de los objetos
nuevos.
Un ropero sucumbe a las caricias de mis
prendas
que maceran orgías queriendo ser tocadas
por experiencias comunitarias,
otras en el silencio del encierro se
transforman en olvido,
de maderas vírgenes que rechinan y
resquebrajan
al golpeteo cotidiano de vestir siempre
la mejor cara.
Por el ventiluz se esconden ojos,
los de los otros,
esperando el mejor momento para arrojar
las mugres de sus cosas
sin que la culpa los vea.
Las sabanas se percuden de amores que
carecen de oxigeno
porque dentro de mis cosas no hay aire,
todas las cosas mueren dentro de uno.
La mesa de patas enfermas no aguanta una
última cena,
renunciando descompone los alimentos que
adornan una cocina sin sal.
Esta puerta está cerrada por que mis
cosas así lo quieren
desprecio de un afuera sobrevaluado que
no tolera la condensación
sobre una ventana que se rompe siempre
en luna llena,
dejando que las gotas caigan a un balde
lleno de libros.
Mis cosas, mis mugres
sostienen la enclenque biblioteca vacía
que al no tolerar la verdad se tiró al
suelo
a recitar esas poesías que nunca va a
poder escribir.
Cuatro pares y el espejo roto
Las cosas se me mueren entre las manos,
entre los otros.
Excellent...
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