SEGADA

Sembrando muertos el tiempo me dio cuarenta azotes menos uno.
Mis pies surcan la nostalgia y consumido bajo el sol canto historias.
Cuarenta azotes menos uno me dio la vida
para que el llanto de mis experiencias nutriera almas muertas sembradas en verano.
Reverdecen almas en el campo
los otros con guadañas en sus manos entretejen sus cabellos esperando a que maduren,
agrietando la tierra que emana vapores de muertos que no prendieron.
Cuarenta azotes menos uno me da la angustia
de familias que me culpan por mal sembrar muertos.
Camino por interminables campos sembrando muertos fertilizados con culpa
para una buena queja.
Cuarenta azotes menos uno me da la vergüenza.
por no haber detenido a tiempo la saprofita vida que lo consume todo.
Los otros escuchan a la tentación venir, me observan
Tienen miedo…
A paso firme la escucho gritar marchitando todo a su paso.
Espero cuarenta azotes menos uno de un látigo con bocas, lenguas, dientes cariados
Detrás el silencio cura mis heridas que nutre los campos oyendo mis cantos.
caminamos sobre muertos a cosechar.


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