EL BRUTO
El caos rompió con la inalterable histeria del ave.
cayó de gran altura, infinita dijeron los otros.
Nadie se acercó a verla y un gusano perforó su tierno corazón,
vio recuerdos, tristezas, castigos y malas decisiones.
Aun así comió,
la indigesta realidad lo paralizo.
El gusano sucumbió a la historia del ave que reía en el infierno.
La tierra agrieto su piel y se nutrió de ellos,
paralizada sobrevino el otoño, añorando el invierno que nunca vino,
no se animo.
La angustia de la muerte infesto la tierra de un gusano hambriento.
Solo caían hojas amarillas tocando la tierra.
Nada nacía o moría,
caían hojas amarillas en la tierra de un bruto gusano.
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