ESPOSOS
El yugo de todos los días me tiene con la velocidad de pensamiento un poco retardada. Con solo saber que la coyuntura de la realidad explota en mi cara, me asfixio.
¿Y si hubiese dicho que no?
No me reproches nada.
No grites, no le gusta.
Las comadronas dicen que el parto será difícil y el retoño del mundo exigirá la responsabilidad de vivir una santa hipocresía.
No estás de acuerdo con eso, eres un hombre de ley y por eso hemos sido repudiados por todos.
No me maltrates con tu indiferencia. La gente habla cosas que supone ciertas mientras tanto soy yo la que se ve cada vez más ensanchada con la promesa de un niño santo.
¿Y si el engendrado por la nada es un niño malvado que solo pensara en un todo, al cual llamara como se le cante? para que la historia cobarde se arrodille a sus mandatos.
Mi pasión por seguir una idea que se rebeló en el anonimato me pone en el lugar de loca y no lo soporto, no por lo que digan, sino por lo cierto que puede haber en lo que pienso defender con mi vida.
Ríete que no sabes mentir, te conozco, vives mis lamentaciones como propias porque sabes que no miento.
A ti te pasa lo mismo.
Le agradara el oficio de tus ancestros o vivirá en la elocuencia de la realeza.
No juzgues nuestros pensamientos como el común de la gente.
¿Mi prima dio a luz a otro mentiroso, a caso?
No lo sabemos, mi niño se encargara de eso.
Solo somos dos humanos jugando a ser dioses creo yo, y sé que pensarlo no agrada a nadie pero es así. Soy humana solo eso y las futuras almas se encargaran de inflar nuestros cuerpos al punto de tocar el cielo.
Siempre y cuando el recién nacido haga lo que tenga que hacer.
Sino pasaremos desapercibidos como muchos en el mundo, que solo nacieron para pasar por la nada sin crear alguna figura que se destaque en el cuadro de lo que podemos llegar a ser.
Mírame una vez más y dime que me amas. Así todas las dudas de la razón desaparecerán sin dejar rastro, paralizando a la nada desnaturalizadora que habita en todo ser humano.
Ámame y sabré que este niño que puja vera un mundo de posibilidades; dejándole al azar la responsabilidad de que hacer con este flujo creador.
Soy una mujer imperfecta, una niña que juega a creer. Acompáñame en esta historia.
Silencio… se acercan los pastorcitos…
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