ALGO.



Busco desenfrenadamente la soga que cuelga de mi.

¿De dónde proviene? ¿A que me une?

Trato de cortarla pero me atemorizo,

El desdén de su implicancia rompe mi cabeza sobre un bidet usado

El descontento de la mentira, al ver mi prudencia combativa.

Trata de destruirla,

Pero me niego a que borre de mi nada lo único que reconozco como verdadero.

Ese algo llamado soga, que une mis miserias seguramente a cosas que tendré que descubrir.

Corro de mis equivocaciones,

Ya no me inquieto. Me aferro a lo que desconozco y tironeo tres veces y espero.

Me rio desde mis entrañas por sentirme absurdo.

Alienándome a lo desconocido.

Prefiero la muerte, a la hipocresía de lo humanamente perverso traducido en discursos cotidianos de barata moral.

La que se nos pudre en la cabeza cada vez que queremos hacer caridad de escuela.

Elijo la soga, elijo ahorcarme algún día por ella y pasar a la historia como alguien .

No hay buenos hombres solos buenos espejos.

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